jueves, 27 de diciembre de 2007

Árboles y arbustos frutales

Árboles y arbustos frutales


Los árboles frutales, además de su fruta proveen de sombra y protección contra vientos.

Es necesario disponer de espacio suficiente para que la sombra de la copa no impida la llegada de luz al resto del huerto.


En caso de contar con poco espacio, es preferible elegir especies de menor tamaño y hoja caduca.

viernes, 14 de diciembre de 2007

Bancales profundos para frutales

Bancales profundos para frutales


En bancales profundos se cultivan también con éxito arbustos frutales y árboles en portainjertos enanos en forma de copa o de pirámide. Alan Chadwick experi­menta en la actualidad con árboles enanos reinjertados, con otros cultivos por debajo y alrededor de los mis­mos. Se trata de una nueva técnica (los hortelanos franceses no se atrevieron nunca a cultivar frutales en sus bancales) pero parece que tiene éxito.


Si se quieren frutales grandes se los planta en banca­les profundos circulares, un árbol en cada uno. Se traza un círculo sobre el terreno que corresponda al área que cubrirá la copa del árbol. Se hace una cava doble y pro­funda a lo largo de los lados —lo ideal es cuatro paleta­das de profundidad— en el lugar donde se plantará. Esto último se hace del modo habitual.


Se sabe que las raíces de los árboles avanzan con mucha mayor rapidez en suelos no consolidados. Se observa también que tienden a dirigirse hacia arriba. Si es posible mantener la tierra suelta y ligera dentro del radio de acción de las raíces, se les brindan las condicio­nes necesarias para crecer con rapidez sin necesidad de cavar de modo constante con la pala o el cultivador. La única manera de lograrlo es no pisar nunca después de haber hecho la cava inicial profunda.

jueves, 6 de diciembre de 2007

Cuánta fruta se debe cultivar

Cuánta fruta se debe cultivar


El tamaño del huerto ejerce una influencia fundamental sobre la cantidad de fruta que puede lograrse. La mayo­ría de ellos pueden —y creo que deberían— dar cabida a algunos frutales de baya. Pero si el huerto es pequeño, el espacio que ocupan, incluso las variedades enanas o emparradas, hace que no merezcan la pena. Es una lás­tima, pero conviene comparar el número de manzanas que da un ejemplar en cordón con el de judías o patatas que se obtienen de la misma superficie.

Incluso aunque el huerto sea más grande es aconseja­ble meditar con cuidado la plantación de frutales. Lo que parece que ocupa poco espacio se convierte en una gran superficie al cabo de los años. A menos que el huerto sea en realidad enorme, desaconsejo plantar fru­tales formados (pie alto). Es mejor poner variedades enanas y algunas en cordón o espaldera. Esto limita, desde luego, el tipo de frutas: es posible emparrar o plantar especies enanas de frutales de cascara dura pero no los de hueso como los ciruelos o los cerezos.


Si se dispone de una superficie amplia para los fruta­les, es posible tener entonces en cuenta los árboles de pie alto. En un área de 54 m2 por ejemplo, caben 16 perales o manzanos bien conformados. Cuando alcan­zan la madurez darán hasta 200 kg de fruta cada uno. Su desventaja inicial es que no se recoge fruta por lo menos hasta seis años después de haberlos plantado, si bien estarán en producción durante 40 ó 50 años. Las variedades enanas fructifican antes pero son menos lon­gevas. En la misma superficie es posible plantar 64 árboles de pie semialto y lograr más o menos la misma producción global (el pie semialto produce un cuarto de la cosecha de un pie alto), y dan fruto a los cuatro o cinco años de la plantación.